DIRECTOR: Gonzalo Márquez Cristo. EDITORES: Amparo Osorio, Iván Beltrán Castillo. COMITÉ EDITORIAL: Fabio Jurado Valencia, Carlos Fajardo. CONFABULADORES: Óscar Collazos, José Chalarca, Maldoror, Sergio Trujillo Béjar, Fabio Martínez, Fernando Maldonado, Gabriel Arturo Castro, Guillermo Bustamante Zamudio. EN EL EXTERIOR: Alfredo Fressia (Brasil); Antonio Correa, Iván Oñate (Ecuador); Rodolfo Häsler (España); Marco Antonio Campos, José Ángel Leyva (México); Luis Alejandro Contreras, Benito Mieses, Adalber Salas (Venezuela); Renato Sandoval (Perú); Efer Arocha, Jorge Torres, Jorge Najar (Francia); Marta L. Canfield, Gabriel Impaglione (Italia); Luis Bravo (Uruguay); Armando Rodríguez Ballesteros, Osvaldo Sauma (Costa Rica).
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con el asunto “Retiro”
Carlos Gardel, 80 años
A los ochenta años (24 de junio de 1935) de la trágica muerte en Medellín, Colombia, del incomparable Carlos Gardel, diversas ciudades del mundo, entre ellas Buenos Aires, Montevideo y Toulouse –quienes se disputan la cuna de su nacimiento–, se aprestan a rendir innumerables homenajes a este “Zorzal Criollo”, ícono del alma latinoamericana desde la metafísica del tango.
Con-fabulación, celebra una vez más su voz y sus canciones que han estremecido a múltiples generaciones a lo largo del mundo, con la evocación de una de sus letras más conmovedoras.
VOLVER
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno.
Son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor.
Y aunque no quise el regreso
siempre se vuelve
al primer amor.
La vieja calle
donde el eco dijo
tuya es su vida
tuyo es su querer.
Bajo el burlón
mirar de las estrellas
que con indiferencia
hoy me ven volver.
Volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir
que es un soplo la vida
que veinte años no es nada
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.
Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez.
Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida.
Tengo miedo de las noches
que pobladas de recuerdos
encadenen mi soñar.
Pero el viajero que huye
tarde o temprano
detiene su andar.
Y aunque el olvido
que todo destruye
haya matado mi vieja ilusión,
guardo escondida
una esperanza humilde
que es toda la fortuna
de mi corazón.
Volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir
que es un soplo la vida
que veinte años no es nada
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.
Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez.
Resucitar, acto anónimo
Por Gabriel Arturo Castro*
Resucitar es permitir que el espíritu entre a los huesos, poblarlos de carne, nervios, piel, aliento, pero sobre todo de ese ánimo del ser que portó el soplo de vida, del creador, en este caso, el escritor de una obra. Volver a vivir, levantar las sombras, resurgir, despertar mediante la expresión.
El griego empleaba la palabra anastasis, del verbo anitemi que significa: hacer elevar (y por consiguiente, construir, erigir, exaltar), poner en pie, restablecer. Es la traducción del vocablo hebreo qum que significa levantarse; forma hifil: hequim, eregir, suscitar.
La creación se asimila y se incorpora a la resurrección y sólo es posible si existe un verbo formador-hacedor, encarnado. Ello implica un segundo nacimiento, una segunda creación, la aparición de una nueva criatura luego de un trabajo fecundo que sobrevive al tiempo.
Los huesos o las cenizas son vestigios que sirven de punto de partida para una poética; la ceniza como el residuo petrificado de la extinción del fuego, instancia de la expiación y la renunciación. Y los huesos a la manera de imperecederas “semillas del cuerpo de resurrección” o reanimación mágica del espíritu de la palabra, imagen de la fe.
El trabajo y la muerte sólo constituyen un sacrificio para asegurar la fecundidad de la creación, el rito necesario. La obra siempre nos dirige hacia el interior de una oscuridad, de un infierno que imposibilita toda armonía con el mundo y mejor impulsa su riña, su desavenencia constante, soledad y escepticismo que hurgan indicios subterráneos, oculta herida que a la vez indaga y profetiza; conocimiento del dolor que nos impulsa a buscar, soñar, crear, dudar e inquietar, todo dentro de un ascetismo y rigor personal que son capaces de reflejar a otro ser humano: el motivo siempre presente del espejo a pesar de su inutilidad.
Según J. Boschius, el espejo “devuelve a cada cual lo suyo”, sentencia seguramente basada en la antigua creencia que la imagen reflejada y el modelo real están unidos en una correspondencia mágica.
En este sentido los espejos pueden retener el alma o la fuerza vital de la persona reflejada. Algunos seres como el basilisco traicionan su presencia al no tener imagen en el espejo o al no poder resistir ver su imagen bajo la pena de morir. Igual puede ser siempre un provocador de visiones.
Para Jacobo Bohme es un ojo que al mismo tiempo es un espejo y se ve a sí mismo.
El soñar con espejos, según Ernest Aeppli, tiene un significado serio y la antigua interpretación de un presagio de muerte se explica por el hecho de que “algo de nosotros está fuera, porque nosotros mismos en el espejo estamos fuera de nosotros”. El espejo sería la mirada hacia un antimundo corroído por el tiempo.
“El espejo refleja aquí sus imágenes sólo para hacerlas saltar, para descalificarlas, para confundirlas”, diría G. Bruno. El espejo es la memoria y el dominio del tiempo profano. Tiempo donde todo es posible: la noche enemiga se cierra, el mármol se resquebraja, la sombra se derrumba, caen los límites, las puertas ceden, el cielo se mancha de hollín. Frente al espejo el terror es silencio y entonces la palabra acoge al verbo, rehace lo hecho y deja que el misterio irrumpa en la realidad. El silencio como todo lo contrario a la noción de ausencia: presencia, mejor, de la plenitud y plenitud del instante presente, según Michele Sciacca.
Silencio que no es indiferencia, ni apatía, ni indolencia, sino la incesante disposición a obrar, a construir una realidad, un objeto a través de la distancia que engendra el poder del arte, acto anónimo y solitario de lucha ante la muerte, la oscuridad, el olvido, la traición, la ceguera, el desposeimiento y ante ello el sacrificio del poeta, su espera, reserva, soledad y fatiga.
De ahí la convocatoria a todos los elementos de un factible mundo poético, poesía que siempre comienza después del despojo donde opera el poder insurrecto de la memoria, “la voz erguida, vigilante”; la magia frente a la tristeza y a la sombra, conseguida mediante el cotidiano esfuerzo, entrega de sí mismo, uniendo el pasado con el presente y borrando el límite entre la interioridad del individuo y la realidad positiva.
De esa forma es posible la comunión del hombre con los demás seres, porque según Ritcher, “la memoria es el único paraíso de donde no podemos ser desterrados”.
La muerte golpea, divide pero no destruye, pues queda lo singular y lo increíble, lo agudamente humano y lo maravilloso, y el poeta vincula lo que la muerte dispersa, lo disgregado por la violencia, reúne los objetos desolados, los hace confluir en un punto de encuentro para anunciarles la fundación de otro mundo.
Poesía vista como anticipación utópica, movimiento de antelación profético, luego de asumir un Apocalipsis necesario: el rayo oculto por la nube, el sol quieto del adivino, la noche y su estrella apagada, “el olvido en las débiles memorias”, el exilio del sol, pero con la fe que la palabra redime; llama, pájaro y luz, vehemencia que triunfa sobre la muerte:
Después de siglos de penoso exilio
regresó al corazón de su tierra.
Otro parecía su rostro, otro el andar.
Ninguno de los congéneres se fijó en él
y quienes antaño llamábanse amigos
pasaban de largo.
El verdadero amor ignora el olvido:
tras siglos de penosa ausencia,
lo recocieron la calle en que nació,
el ave doméstica que no cesa de cantar,
los brazos únicos de la madre.
(U, El libro de los caminos, Henry Luque Muñoz)
*Poeta y ensayista colombiano
Raquel Abend Van Dalen
Raquel Abend Van Dalen, nació en Caracas en 1989. Licenciada en Comunicación Social en la Universidad Monteávila, con un Diplomado en Escritura Creativa de la Universidad Metropolitana e ICREA; Venezuela. Ganadora de la Mención Especial en el rubro de Poesía del III Premio Nacional Universitario de Literatura en el 2009, organizado por el departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Simón Bolívar. Ha colaborado como redactora y productora en diversas revistas venezolanas. Trabajó como reportera en el Diario Las Américas, radicado en Miami, FL. Actualmente estudia la maestría de Creative Writing in Spanish en New York University.
Los poemas publicados pertenecen al libro Lengua mundana (Colección Los Conjurados).
ROJO
Me gusta fumar
en la oscuridad
y desnuda
a veces en ropa interior
simular un encuentro
con alguno de mi amantes
pienso en cada uno de ellos
no por igual
veo por la ventana
enrejada
como si estuviera en un momento
clandestino
y le digo a Dios: “voy a estar bien. ¿verdad?”
luego recuerdo
“¿cuántas veces te he preguntado eso?”
ay, es que no me canso
de preguntar mil veces lo mismo
miles y miles de veces
me gusta hablar y preguntar
de los mismos temas
de los que valen la pena
justo como vale mi culo
para cada uno de ustedes
entonces respetemos gustos
porque cada quien tiene su color
el mío es el rojo.
ROLES
Todos los hombres
hacen este rol de Hombre
de ser macho y poco llorón
y a nosotras las mujeres nos encanta
convertirlos
encontrar en ellos la mujer que tienen
en algún lugar
para vernos
y destruirnos en ellos.
CARTAS DE LOS LECTORES
LIKE A ROLLING STONE. Gracias por publicar ese homenaje a Bob Dylan, uno de los más importantes cantantes populares del mundo, aquel que dijo: “En la guerra participo como desertor, no como soldado”, oponiéndose a la hecatombe del Vietnam. Gracias por publicar la letra de esa canción con la que hemos crecido tres generaciones. Luis Alberto Puentes.
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GEORGES MOUSTAKI. Merecida columna de Fajardo sobre el libertario cantante Moustaki, quien naciera en Alejandría, y quien acompaña a tantos bohemios: “Con mi facha de extranjero, judío errante y pastor griego, con mis cabellos al azar…” Silvia Colmenares
* * *
GEORG TRAKL. Confabulados: Bellos, sublimes los poemas del genio alemán: Georg Trakl. Hermosas, coloridas imágenes y hermosa traducción. “Sobre tus sienes gotea un oscuro rocío, el último oro de las estrellas extinguidas”. Revelación y caída, libro grande entre los grandes. María Angélica Suárez, Licenciada en Literatura
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Colección Los Conjurados
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Poesía, Cuento, Ensayo, Crónica, Novela y Testimonio
El Libro de la Tierra (101 geniales Autores), Discursos Premios Nobel (Tres tomos), Grandes entrevistas de Común Presencia, Antología de Poesía Colombiana (1931– 2011), Poetas venezolanos contemporáneos, Cuentos perversos, Ensayistas bogotanos, Cronistas bogotanos, Cuentistas bogotanos y muchas obras más.
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